Para mi, conspiraciòn, tiene nombre de mujer y se llama Pierina España.
La hoy proscrita y relegada a los canales por suscripciòn, RCTV, me lavò el cerebro inoculàndome toda suerte de valores capitalistas, consumistas, prodemocràticos y hasta racistas. No lo niego. (¿Quièn puede olvidar a Miguel Angel Landa llenito de betùn interpretando al Pobre Negro de Ròmulo Gallegos? Era tan antiestètico y absurdo que creo que me volvì racista de golpe).
Pero mientras Venevisiòn me embrutecía con aquel amor eterno entre Lupita Ferrer y Josè Bardina, (que siempre se amaban, imposiblemente claro, cualquiera fuera la historia que decidiese escribir Delia Fiallo), en RCTV me enseñaban que Pierina España podìa sublevarse para defender a su padre de la Seguridad Nacional de Marcos Pèrez Jimènez y tener, simultáneamente, una vida amorosa al involucrarse con Èl Guàcharo, que no podìa ser otro que Josè Luis Rodrìguez.
Como eso sucediò a muy temprana edad, para mi conspirar se volviò una posibilidad perfectamente accesible, a mano, cercana. ES una de las bases de mi imaginario personal.
Sin embargo, en estos tiempos de conspiración mediática y luego de haber conocido unos cuantos guerrilleros en activo y jubilados, empiezo a preguntarme por què, a estas alturas, a nadie se le ha ocurrido todavìa invitarme a conspirar. Soy periodista, por ende proclive a la subversión de acuerdo a los còdigos actuales. Soy discreta, creo. Y además tengo vasta experiencia en supervivencia a la violencia en la calle. No sé hacer bombas, ese es un handycap sin duda, pero me siento muy cómoda entre encapuchados y pasamontañas.
Mi teoría es que mi "capital relacional" no es el adecuado y que si quiero que alguien me invite a conspirar seriamente (o aunque sea de vacilón) debo cambiar de círculo social con urgencia (y eso que yo me muevo, más bien, en un hexágono social cada vez más amorfo).
No sé. Mi idea es que este post se transforme en una suerte de mensaje en una botella en el mar cibernáutico y alguien encuentre este SOS QUIERO CONSPIRAR!
O , si no, que algùn amigo generoso me ponga en contacto con las cabezas de esa subversión de la cual tanto se habla en el alto gobierno.
Lo dicho: ahí les va mi botella. Quiero conspirar!
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