lunes, 18 de mayo de 2009

No le digo adiòs

Cuando muere un poeta se apaga una estrella. Una luz que te guìa hacia la locura y la belleza.

Cuando muere un poeta se apaga un rebelde. Y gana la cordura y el status quo.

Cuando muere un poeta siento como si mi corazòn se encogiese, porque ese poeta lo habìa convencido de que no tenìa limites, le habìa enseñado que era un gigante.

Cuando muere un poeta la gente se entera de lo invalorable y trascendente que era su presencia.

Cuando muere un poeta los bichos raros perdemos un compañero de juegos.

Pero, cuando muere Benedetti siento que muriò un amigo ìntimo, el màs querido...

Se fue en busqueda de Cortazar y quizàs allà, donde estèn, creen algùn Club de locos.

Y quien sabe, tal vez el azùcar la ponga Celia...

Es tràgico cuando muere un poeta y lo ùnico que alivia es hacer el inventario de todos los regalos que te dejò, simplemente, por el hecho de estar vivo y no traicionarse a sì mismo.

No le digo adiòs a ese amigo: èl se quedò conmigo.

No hay comentarios: