lunes, 6 de septiembre de 2010

HAY DIAS QUE SOY MACHO

Hay días que soy macho. Macho mucho macho: Me meto en lugares tan peligrosos que la mayoría de mis amigos nunca han estado, ni me inmuto si suenan balas a las dos de la mañana en uno de esos sitios y aterro de retroceso a un motorizado que intenta asaltarme haciéndolo huir despavorido en la noche.

Son días en los que resuelvo todo con autonomía y total independencia, plenamente dueña de mi y -casi, casi- de mis circunstancias. Días en los que podrìa ir a pelear en cualquier guerra si fuese necesario, días en los que me mido de tú a tú con cualquiera. No son muchos, pero son FABULOSOS!

Desde luego, no estoy hablando de mi orientación o identidad sexual, estoy hablando de los roles y estereotipos con los que suelen manejarse los términos hombre y mujer, hembra y macho. Me refiero a lo que se espera que cada cual pueda resolver. Tampoco hablo de esos maravillosos hombres amigos míos que cultivan y enriquecen su lado femenino casi con ternura, ni de esas mujeres extraordinarias que, en pleno ejercicio de su femineidad, son agentes transformadores donde las pongan.

Hecha la aclaratoria, lo cierto es que hoy No es uno de esos días de macho-mucho-macho.

Esta mañana, luego del décimo intento infructuoso por conseguir una cita en el INTT online, decidí que el Avila sería mi tempranera salvación. A las 6:05 am salí de mi casa dispuesta a tener un día casi de charro, uno de esos días productivísimos en los que resuelvo TODO y más,.Estaba dispuesta a pegarle un mordisco suculento al mundo en este lunes prometedor. Pero...el Universo, el destino, la vida, Dios, quien sea, tenía otros planes y a las 6:06 am estalló uno de los cauchos de mi carro despertando a todo aquel que aún se estiraba perezoso en los alrededores.

Y ese insignificante evento, como siempre, decretó que hoy era un Día de Mujer -de mamita, como diría un amigo mío-, pues no hay nada que me haga tener una mayor consciencia de aquello de "ser mujer" que quedarme accidentada. Todo lo que tiene que ver con mi carro y su mecánica, especialmente cuando se daña, me hace sentir indefensa, ignorante, un poco estúpida y hasta un tanto avergonzada. Otro amigo mío diría que es porque no tengo Eros con mi carro. No sé.

Lo cierto es que, esta mañana cero-Eros, el caucho estalló y yo me devolví a mi casa midiendo como 20 centímetros menos de estatura y francamente descorazonada, resignada a evadir el asunto por hoy en el mejor estilo de Scarlett O`Hara en Lo que el Viento se llevó. O sea, pensaré en eso mañana.

No sé cuál es la razón, pero cada vez que tengo que tener un día de mujer por culpa de mi carro se me desata una vieja de pueblo en la mente: "claro, eso te pasa por no tener un novio macho muy macho que venga y te resuelva el asunto. Te pasa por dartela de independiente y de mujer del siglo XXI...y bla,bla,bla..." La vieja de Comala en mi cabeza no deja de sermonearme y yo simplemente me rindo a sus argumentos:"Tienes razón".

Y es que esta dicotomía Artemisa-Afrodita, detectada por mi psiquiatra hace ya algunos años, de verdad que me va a volver loca un día. Quiero decir que los días de macho soy Artemisa y los días de carro accidentado soy Artemisa llamando deseperadamente a Afrodita para que pida ayuda al primer hombre que se atraviese en el camino y me saque de la desventura. La propia damisela en apuros...

Sé que mañana seré macho otra vez y me iré a cambiar el ingrato caucho.

Pero, por hoy, abrazo con cariño mi día de niña, tanto que hasta me doy el lujo de molestarme porque alguien se apoderó de mis calcomanías de Pucca.

3 comentarios:

Luis Gomez dijo...

Una lastima que no estoy en Caracas. Encantadisimo te cambiaria el caucho. Hermosisimo Eu! Un beso enorme.

Euridice Ledezma dijo...

Lo sé y te extrañooooo! Un beso enorme para ti tambièn.

Alberto dijo...

Lo curioso es que nunca se sabe bien si el dia lo aciertas siendo macho-macho o hembra-hembra...¿que jodido no?