miércoles, 2 de agosto de 2017

Los juegos de Psique

Los mecanismos de autopreservación de la mente humana son asombrosos. Parece que mientras más terrible la atmósfera, mientras peores las amenazas, los recursos de mi psique para protegerme son más ingeniosos y, el mismo tiempo, más simples.

El Presidente de esta Revolución -para algunos marioneta, para otros arrogante y para mi, rehén- activa el Consejo de Defensa Nacional con lo cual activaría el Estado de conmoción y un posible toque de queda. Entiéndase: una OLP a nivel nacional y 24/7. Más represión, más sangre, más injusticia. Luego de 11 días de gas y plomo y muerte y gritos y heridas colectivas.

¿Qué sugiere mi mente? (Si, ella es autónoma)
"Tengo que hacer el amor. No sé que va a pasar después"

Mi mente no piensa en pequeño ni se conforma con soluciones mediocres. Va por el oro.

Y entonces comprendo todo ese coqueteo y el amor y la ternura de los últimos días. Es mi psique buscando compensar, salvarse de la aridez, de este incendio de todo lo conocido que pretende llevar a cabo el Poder. Es una necesidad de intimidad como Primeros Auxilios. No es el elemento erótico ni la urgencia sexual, es una necesidad del alma de conectar con lo profundo, con lo real, lo auténtico de encontrarse en la mirada de otro que está sumergido en este caos como tú. Ese otro que también necesita salvarse.

Ya sé que es muy loco.

O, quizás no.

Quizás lo único que tiene sentido en la vida son esos brevísimos momentos en los que realmente- REALMENTE- conectas con alguien.

EL TELÉFONO

Antenoche sonó el teléfono fijo de la casa. Eran cerca de las 4 am. Mi sueño es ligero y desperté de inmediato. O quizás ya estaba despierta. Estos días terribles son noches de insomnio. No atendí. Pensé en el hampa. Pensé en el Sebin. Pero me levanté, fui al baño y luego ví un celular encendiéndose y apagándose en la sala. Era mi hermano: "Eu, se metieron en mi casa"¿Qué? -respondí- ¿como están las muchachas?" Mi cuñada y mis sobrinas tuvieron que enfrentar solas el saqueo de su casa. Las amarraron y amordazaron y se llevaron hasta las toallas sanitarias, la pasta dental. los televisores, los ahorros, la camioneta.

Tengo tanto aplomo que a veces parece que soy fría.

Me pidió que buscara en internet cómo controlar el gps de Tracker. Lo buscamos. El logró apagar la camioneta de forma remota. No conozco más detalles de lo que pasó porque en esta casa tenemos esa manera gocha de manifestar los afectos y preocupaciones:  severa, sobria, hacia dentro. Pero sé que mi hermano estaba superangustiado porque al despedirse me dio un abrazo que casi me partió en dos. Todo estaba bien en casa, Las chicas estaban a salvo. Mi mamá no hizo más que rezar todo el día dándole gracias a Dios porque "pudo haber ocurrido una desgracia, Eu. Y no ocurrió"

Y mi mente testaruda, persistente, se empeña en su afán de los últimos días y me ordena: "busca lo bonito". Y me lleva al pianito morado en casa de mi tía Elena en la Av. Victoria. Y a la barquilla de mantecado con capita de chocolate de Crema Paraíso con mi tío José Antonio y mi tía Gladys. Esa que no me terminaba antes de media hora porque no quería que se acabara. Y a los días de pesca con mi tío Rafa y mi mamá en los pozos de Carmen de Uria y los cangrejos bebé de aquellas enormes piedras. Y las arañitas del Pobre Juan y las observaciones de lluvia de estrellas y a la persecución de ovnis y a los Hare Krishnas de Bello Monte.

Parece que siempre fui así: capaz de crear espacios felices en medio del caos. El tío Domingo, un día que bailaba en el medio de la calle, lo notó: "Vamos, Leocadia" me dijo riéndose. Y esa cacería de lo bonito me lleva a Carmencita en El Samán. Ella. mi amiga pecosa, subía un piso y ambas esperábamos que mi mamá se durmiera luego de leerle algunas noticias sueltas del periódico, Apenas cerraba los ojos, salíamos de puntillas y nos escapábamos al parque. Aquel columpio era un avión, un cohete, un par de alas atómicas.Era el ser más libre del planeta en ese pedazo de madera y cadenas. Volaba.

Creo que aprendí TAN bien a volar y a ser feliz no matter what, que aún vuelo.

UN BILLETE Y UN PINTALABIOS

Estos son días tremendos. Los que hemos vivido. Los que vienen.El Sr. Rogelio, de la línea taxi de mi casa, lo sabe. Se va el domingo a los Estados Unidos aunque "no me gustan los gringos, pero es que ya no se está haciendo nada. Ni para los repuestos del carro..." Me ha detenido cuando semidormida iba al abasto a comprar algo para desayunar. "Ayer llevé a su hermano al terminal y él se equivocó. Me dió un billete de 2000 por uno de 100. Déselo" Y ese gesto de honestidad y ética era todo lo que necesitaba para que la confianza regrese a mi en una mañana en la que -al estilo loco de esta familia- ,i ,adre me ha llamado al celular desde la habitación contigua, desde su cama. para decirme: "No me voy a parar, Eu. perdimos el momento para llegar a Miraflores".

Si. Esa es una bonita manera de despertar. Se los dije: estilo gocho.

¿Leyeron alguna vez esa anécdota de cuando llegaron los soldados ingleses al campo de exterminio de Bergen-Belsen? Se las cuento: "Era sólo una yerma desolación, tan pelada como un gallinero. Los cadaveres estaban por todas partes, algunos en pilas enormes, otros yacían solos o en parejas allí donde habían caído...Llegó una cantidad enorme de pintalabios. No era en absoluto lo que los hombres queríamos, nosotros clamábamos por miles de otras cosas y no sé quién pidió lápiz de labios. Deseo tanto descubrir quién lo hizo, fue la acción de un genio, pura brillantez inadulterada. Creo que nada hizo más pr esos internos que el pintalabios. Las mujeres yacían en la cama sin sabanas ni camisón pero con los labios rojo escarlata. Las veías vagar por ahí sin nada más que una manta sobre sus hombres y su mano aferrada a un pedazo de pintalabios. Por lo menos alguien había hecho algo para hacerles individuos otra vez. Eran alguien, no ya simplemente un número tatuado en el brazo. Finalmente podían interesarse por su aspecto. Ese lápiz de labios comenzó a devolverles su Humanidad".

Si, ya sé. la mente humana. Los desvaríos.  Y los juegos de preservación. Buscar lo bonito, hacer el amor, usar el pintalabios.

Ser humano incluso en medio de esta inmensa OLP que parece venir. Y estar lo más presente posible.

Y, si encuentras esa conexión, esa llave, usarla porque la vida es preciosa, efímera, impredecible. Porque no hay tiempo que perder y porque las personas no son eternas.