lunes, 18 de mayo de 2009

No le digo adiòs

Cuando muere un poeta se apaga una estrella. Una luz que te guìa hacia la locura y la belleza.

Cuando muere un poeta se apaga un rebelde. Y gana la cordura y el status quo.

Cuando muere un poeta siento como si mi corazòn se encogiese, porque ese poeta lo habìa convencido de que no tenìa limites, le habìa enseñado que era un gigante.

Cuando muere un poeta la gente se entera de lo invalorable y trascendente que era su presencia.

Cuando muere un poeta los bichos raros perdemos un compañero de juegos.

Pero, cuando muere Benedetti siento que muriò un amigo ìntimo, el màs querido...

Se fue en busqueda de Cortazar y quizàs allà, donde estèn, creen algùn Club de locos.

Y quien sabe, tal vez el azùcar la ponga Celia...

Es tràgico cuando muere un poeta y lo ùnico que alivia es hacer el inventario de todos los regalos que te dejò, simplemente, por el hecho de estar vivo y no traicionarse a sì mismo.

No le digo adiòs a ese amigo: èl se quedò conmigo.

viernes, 1 de mayo de 2009

Contrastes


La tensiòn comienza en el Metro. Entre Chacaìto y Plaza Venezuela todo bien. Pero al intentar descender del vagòn, unas seis personas pro-oficialismo bloquean, discreta pero firmemente, la entrada creando una situaciòn casi de estampida entre quienes deseamos incorporarnos a la marcha del 1º de mayo. Allì intuyo que lo que viene es joropo y yo sin alpargatas...


Lo primero que llama mi atenciòn es el impresionante despliegue de Policìa Metropolitana y Guardia Nacional...Y, tambièn, como hemos llegado tarde, tengo la sensaciòn de que todos se han ido de puente y que la marcha es incipiente. Me equivoco: estamos en la cola, al final del tumulto.


Mi hermano y yo comenzamos a avanzar. Nos perdemos la primera vez, casi enseguida. Mi hermano no sabe acatar òrdenes. "Quedate aqui"le digo. No, èl se va detràs del camioncito de la mùsica mientras yo le tomo fotos a los guardias-nacionales...¿Resultado? Tengo que correr para alcanzarlo, està tres camiones màs allà..."Chamo, primera regla, si yo voy a tomar fotos tù te quedas quieto, si no, nos perdemos, ok?" "OK!".


Empezamos a avanzar entre las pancartas y las multicolores banderas de Acciòn Democràtica, Copei, Podemos, Visiòn Emergente, Un Nuevo Tiempo, Alianza Bravo Pueblo y el fabuloso sentido del humor venezolano...Aceleramos y serpenteando entre la gente, como quien se encuentra en la olla del Poliedro de Caracas y quiere tocar a Freddy Mercury o Liam Gallagher, logramos llegar a la mitad de la marcha y luego a la punta. A mi hermano se le alborota el "adelante a marchar milicianos "de Acciòn Democràtica y me burlo un poco dicièndole "adeco es adeco hasta que se muere" y èl responde recordando a Romulo Betancourt: "we will come back"...


Nos topamos con la directiva del Colegio Nacional de Periodistas y su pancarta de No màs abusos en contra de la Prensa..Saludo a los que conozco. Tomo fotos. Tienen franelas en contra de la censura. Seguimos.


Llegamos justo para escuchar las palabras finales de Antonio Ledezma y me subo a la tarima para tomar fotos mientras Manuel Cova anima a la gente. Cuando me volteo ya mi hermano ha desaparecido otra vez. Lo llamo por celular y me dice: "yo estoy acà con Ledezma, en el Liceo Andrès Bello" "Ok, esperame alli" "Bueno Eu, pero esto se va a poner feo" "Ya sè, voy para allà"...


Corro...


No pasan cinco minutos desde que llego al Liceo cuando, sin provocaciòn alguna, comienzan los metropolitanos a lanzar gas lacrimògeno a mansalva. Le tomo una foto a uno de ellos y se da cuenta, dispara justo hacia mi. Corro.


Me asfixio...No puedo ver el camino, no puedo tomar fotos...se me olvidò el pañuelo con vinagre, me recrimino,...a mi alrededor unos viejitos estàn tirados en un banco, tratando de respirar...no puedo ayudarlos...gas, gas, gas y humo y el olor càustico de la represiòn gratuita. Y la gente indignada, gritando "Malditos!" "Esto es una injusticia" "Corre, catira, corre que hay viene la ballena..."


Correr y correr...Llegar a una esquina e indignarme, sin gritos pero con firmeza preguntar: "¿Pero es que a ustedes no les da verguenza? Ustedes son tan venezolanos como nosotros. Ustedes tambièn tienen hijos y ¿que va a pasar cuando esos hijos en quince años quieran protestar...te gustarìa que los dispersaràn con gas?.." Nada, estàn entrenados para no escuchar...Una de las oficiales femeninas dice: "Esta es una de las salidas, aqui la gente viene pega tres gritos y despuès se va".


O sea, no les importa. Alegan que siguen òrdenes, que obedecen...


Y pienso que me encanta mi generaciòn, que sabemos ser desobedientes, que sabemos discernir cuando una orden no tiene sentido o cuando una orden choca con nuestros principios y valores...


Empiezan los disparos, los botellazos, los metropolitanos empiezan un baile-marcha de intimidaciòn..los sigo, me mezclo entre ellos...uno de ellos intenta intimidarme y se burla, pensando que soy alguna de las señoras histèricas..."aqui reportando desde el centro...bla,bla,bla,..." dice con tono sarcàstico. Me volteo y le saco el carnet de prensa internacional sin decir palabra. Se sorprende y cambia el argumento: "no podemos admitir prensa acà, vayase para allà": Lo ignoro abiertamente y sigo grabando. Le encantarìa confiscarme la càmara. No puede. Por ahora.


Siguen cayendo botellas. Me pego a uno de los fotografos de una agencia, uno que conozco de Miraflores. No demasiado simpàtico pero guerrero. Le pregunto a uno de los metropolitanos que cuàl es el problema, que ¿por què estàn en alerta y realizando este ejercicio entre las calles de la Candelaria, que quièn està disparando, que quièn està lanzando las botellas?...Me responde: "la oposiciòn. Son los de la oposiciòn lanzando botellas desde los techos de los edificios..." Y entonces me acuerdo de los francotiradores del 11 de abril y como tambièn la conclusiòn oficial fue que los francotiradores, mercenarios contratados que salieron sigilosa e inmediatamente del paìs, tambièn eran de la oposiciòn...


La tarjeta de la càmara se llena y tengo que pararme en una esquina a borrar fotos que no me interesan. Me recuesto en una pared al lado de un mendigo de cara bellìsima, pero con unas llagas en las manos que espantarìan al màs valiente. Me acuerdo de la influenza porcina y me encomiendo a los santos, pues este señor, definitivamente, no es una compañìa recomendable en dìas de pandemia. Decido ignorar mis miedos y mientras borro fotos converso con èl. Asegura que los buhoneros y el perrocalentero de la Plaza La Candelaria solo descansan los mièrcoles y que es injusto que los metropolitanos les exijan que se vayan...Termino de borrar las fotos y me despido aconsejàndole que vaya y se inyecte la vacuna anti-porcina. Me mira con cara de sospecha...


Empiezo a caminar hacia arriba. He perdido a los policìas y su baile de intimidaciòn. Subo, subo y subo...cuadras y cuadras llenas de tanquetas y camiones llenos de Guardias-nacionales aburridìsimos. No han podido entrar en acciòn. Le pregunto a uno que donde està la marcha oficialista. Me dice que en la Avenida Urdaneta. Empiezo a caminar hacia allà. Yo, que vengo llena de pasta dental que una señora me ha dado para aliviar el efecto de los gases, soy recibida por otra humareda, la de los pinchos de carne. Y la sorpresa de que en esta marcha monocromàtica no hay policìas, no hay guardias nacionales y hay mùsica cada 5 metros..hay samba, viva Venezuela, mùsica indìgena, tambores, salsa...la gente toma cerveza, està contenta, baila, se rìe...


Lo primero que noto es que parece un acto burocràtico màs pero con mùsica..todos los ministerios, los trabajadores del Metro, el Sutic, ...todo el mundo con su franelita roja y unos cuantos autobuses esperando para regresarlos a casa, en el interior del paìs...


Tomo fotos. Pregunto quièn va a ser el orador. Nadie sabe. Empiezo a caminar a contraflujo y tomo fotos. Viene un hombre con un cuadro de Simòn Bolìvar sobre los hombros. Se rìe. Vienen un grupito de indigenas y un minigrupo con franelas que rezan: cimarrones afrodescendientes...Wao! Què sofisticada es nuestra identidad por estos dìas.


Màs abajo me tropiezo con Aristòbulo Istùriz, ex-alcalde de Caracas, y le pregunto: "tu vas a ser el vocero?" "No". "Quièn viene?" "Chàvez". "Cuando?" "En 40 minutos". Pienso que me miente y sigo. No vi el despliegue de seguridad que precede a Chàvez regularmente asi que decido marcharme.


Pasa una banda tocando Viva Venezuela mi Patria querida. La gente baila. Aqui no hay un solo policìa, aqui no hay guardias nacionales...aqui nadie trata de intimidar a nadie...la gente libre y anàrquicamente disfruta de su primero de mayo agradecièndole a la Revoluciòn que le aumente el sueldo, aunque le robe reivindicaciones laborales y sindicales que costaron años de luchas. Aqui nadie traga gas lacrimògeno. Aqui la gente come jojotos, pinchos y tequeños...


La cosa està sabrosa.


Me voy con la sensaciòn de que si yo tuviera 20 años (con aquella inocencia y desfachatez de entonces) no lo dudarìa, serìa chavista. Roja rojita. Revolucionaria de corazòn. Es muchisimo màs divertido.


Capaz que hasta me gustarìa Alì Primera y la Nueva Trova y no Iggy Pop, Cream o Aerosmith...