lunes, 30 de agosto de 2010

HAMBRE DE HEROES

Franklin Brito, ese hombre de espíritu inquebrantable, indomable, personificación de una lucha justa y ética, murió esperando por el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela.

El presidente nunca llegó.

Nunca dió la cara por un caso que a todas luces era una injusticia flagrante.

El corazón duele de nuevo.

Tanto como el 11 de abril, tanto como todas las veces que el Presidente nos ha dejado esperando por justicia...

Franklin Brito muere como un símbolo del espíritu inquebrantable de quienes creemos en la justicia, como símbolo de los mejores hombres de un país, esos que se están yendo aceleradamente, dejándonos en las manos el testigo para un relevo que se percibe intenso y comprometido, una carrera en la que necesitamos contar con los mejores hombres, los espíritus más nobles de lado y lado.

El Presidente nunca llegó. También nosotros dejamos un poco solos a la familia Brito en su lucha contra fuerzas mucho más reales que aquellos molinos de viento.

Murió deteriorado tras una larga huelga de hambre..y hambre es la que nos deja, hambre de justicia y nobleza. Y hambre de reconciliación nacional, cuando se pueda.

Y hambre de hombres buenos, de héroes, por qué no?

Pero la luz de ese señor, que murió casi anciano y famélico en sus 49 años, queda intacta para iluminar al corazón de los venezolanos como nación.

Rezo porque logremos verla como un faro poderoso y aprovechemos su guía, porque por el alma de este hombre valiente ye irreductible no creo que haga demasiada falta que eleve oración alguna.

miércoles, 4 de agosto de 2010

Declaraciones de Guerra

Aprovechando que estamos en casi guerra con Colombia y, simplemente, porque me provoca, porque me encantan las declaraciones de amor y las de guerra...Aqui les va ésta que es de Pancho Massiani en Piedra de Mar:
"Y te lo digo a ti Carolina: cambiaste, pero no mucho. Todavìa gozas burlándote cruelmente de mi timidez. Todavía te ríes de mi miedo. Y haces lo posible por ponerme en ridículo. Pero deja que pase el tiempo. Un día de estos te vas a enamorar de mi. Cuando esto suceda, palabra que te voy a hacer pasar las de Caín.

Te lo digo desde ahora para que lo sepas. Para que te armes. Para que te consigas un alicate o un martillo. Porque la pelea va a ser buenísima.

Primero te voy a arrastrar por toda Sabana Grande como una carreta vieja. Después te voy a cortar los pelos. Después te voy a meter un triquitraqui por la ventana. Después te voy a espichar los cauchos del asqueroso carro de tu casa. Te voy a volar la puerta con un tumbarrancho, y de postre, una noche de estas te voy a meter un gato incendiado sobre tu cama.

¿Me oyes?"