miércoles, 5 de octubre de 2011

Poema insomne

Desierto en el pecho.
Vidrio molido.
La sensación de un amor que dura tres vidas.
Tocar lo eterno.
Llorar lo de siempre.
Lo regular.
Lo suficiente.
Asomarse al infierno. Retroceder.

Desierto en el pecho.
Vidrio molido.
La visión de una higuera se pierde en la Galaxia.
Y eres tú de nuevo.
Y no te quiero.
Llorar sólo lo suficiente.
Nunca es más. Nunca es menos.
Sólo este mismo desierto en el pecho.
¿Cuánto tiempo más planeas habitarme?

Sedienta de un momento litúrgico y poderoso
que de al traste con todas mis precauciones,
los recipes,
las recomendaciones.
Harta de etiquetas y de explicaciones.
Ahogándome en este polvo del desierto.
Rehén de mi misma.
Ausente del Infierno. Exiliada del Cielo.
Viajera galáctica fugada de un planeta violento.
Y te busco y te busco y te busco.
Tarea inútil.
Sísifo.

Ya estás dentro y es hilar de nuevo y es tejer para siempre
y es llorar este hecho.
Sólo lo suficiente.
Para que no se moje este desierto en el pecho.

Hiberno,
Germino.
Quiero salir del subsuelo.
Vidrio molido que escupe al Cielo.

Te mato minuciosamente.
Con delicadeza, con furia, con tristeza.
Desierto en el pecho.
Vidrio molido.
Llorar lo de siempre.
Lo regular.
Lo suficiente.